La Cuaresma es el tiempo
litúrgico de conversión que marca la Iglesia Católica para prepararnos a la
gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de
cambiar para ser mejores y vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura cuarenta días;
comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor,
del Jueves Santo. El color litúrgico de esta época es el morado, que significa
luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión
espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual. En esta época Cristo nos
invita a ser mejores; nos pide seguir su camino, escuchar su Palabra, orar por
el prójimo y realizar buenas obras.
La Cuaresma es tiempo de perdón y
reconciliación fraterna. Es el espacio para arrojar de nuestros corazones el
odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a
los hermanos. En Cuaresma, meditamos y apreciamos mejor la Cruz de Jesús;
aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la felicidad
diaria.
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