Un retiro espiritual es la oportunidad de
encontrarnos con Dios y con nosotras mismas es decir nuestro interno yo. Voluntariamente hemos
dejado atrás nuestros quehaceres diarios, familia, libros, distracciones que
consumen el diario vivir, las cosas vanas que
nos impide pensar más allá de lo
que queremos ver.
MIERCOLES 6 DE MARZO
Partimos de nuestro querido colegio a las 16:00 Nos acompañaban emociones
conjugadas: tristeza por dejar a nuestros familiares y a la vez la gran
expectativa de saber que viviríamos una experiencia inolvidable que podría ser
el inicio de una conversión en nuestras almas y corazones.
Al llegar
a la casa de retiro de las “HERMANAS FRANCISCANAS” ingresamos a nuestras
habitaciones, las mismas que tenían nuestros respectivos nombres; nos
instalamos y luego fuimos a la sala de conferencias donde el Padre Alfonso
Chávez nos dio la bienvenida e impartió las indicaciones pertinentes para el inicio del RETIRO ESPIRITUAL.
Tal vez lo que más trabajo nos costó fue permanecer
en silencio a toda hora. Fue difícil dar un giro radical a nuestras vidas, por
lo menos por unos cuantos días, fue como
diríamos una prueba de fuego; Un encuentro con Dios y con nosotras, reconciliarnos
con la vida y con todas las cosas que aprisionaban nuestro corazón herido.
Un nuevo día y nuestra rutina empezaría a las
06:30. La forma en que nos despertamos fue por medio de una campanilla que fue
nuestra mejor aliada del tiempo, la misma que era tocada por nuestra
carismática Hna.Yoli, como la llamamos
con cariño sus hijas de Sexto.
Nos trasladamos a una pequeña pero acogedora
capilla a orar, no lo que repetimos todos los días mecánicamente o por
costumbre; esta vez valoramos los
momentos intensos de felicidad y los ratos amargos en los que nos hemos sentido
derrumbadas.
A las 08:00 tomábamos nuestro desayuno para luego
regresar a las actividades en nuestra sala de conferencias. Realizamos varios
ejercicios espirituales, analizamos películas, algunas que arrancaron hondas
lágrimas, pero al final reflexionamos y
comprendimos en que estamos fallando. La fortaleza la tuvimos en el Padre
Alfonso Chávez quien ha trabajado toda su vida con jóvenes de nuestra edad y
conoce todo los posibles problemas que nos afligen. Para complementar estas
acciones, utilizamos como instrumento hojas de trabajo que completábamos
personalmente en nuestras habitaciones en medio del total silencio.
Nos retirábamos a descansar alrededor de las 22:00.
Sentíamos el silencio de pasillos y habitaciones, pero se sentía vibrar el
corazón al encontrarnos solas con nuestros pensamientos.
VIERNES 8 DE MARZO
Tuvimos la gran oportunidad de compartir con nuestro Dios los secretos más profundos e íntimos de nuestro corazón y de nuestra alma, nuestras angustias y desconciertos, nuestras preocupaciones y tristezas, nuestros triunfos y fracasos y pedirle que bajo sus llagas guarde nuestras caídas y sueños derrumbados, y que con su bendita sangre purifique nuestro corazón con sentimientos llenos de pureza y amor.
La mejor e inesperada sorpresa fue cuando recibimos
unos sobres que contenían cartas de todos los miembros que integran
nuestra familia, ahí descubrimos lo
importantes que somos para ellos aunque no lo demuestren frecuentemente, fueron
tantos sentimientos encontrados, nos arrancaron más de un lagrima al explorar
el mundo que ellos significan para nosotros a través de los sentimientos
plasmados en un trozo de papel, pero escritos con tinta del corazón.
SÁBADO 9 DE MARZO
Llegamos al día final del retiro, pero para que
este dé frutos era necesario trabajar conjuntamente con nuestros Padres. La
vida nos enseña que no hay hijos malos, pero si hijos con muchas equivocaciones
y por eso nuestro compromiso es ser mejores para nuestra familia. Lo que más
valoramos en el retiro es que hay un
Dios al que le debemos la vida, y nuestros Padres que siempre están a nuestro
lado con el más puro amor pese a los triunfos y fracasos que como seres humanos
cometemos.
En este proceso encontramos el sentido de nuestra
vida, es decir hacia donde queremos orientarla
y también el valor que tienen esas mujeres líderes del hogar, luchadoras
incansables dispuestas a sacrificar todo por sus hijos, nuestras queridas
madres a quien con amor bendecimos.
Platicar conjuntamente con nuestro guía espiritual,
el Padre Alfonso Chávez y nuestros padres sobre temas relacionados a nuestro
bienestar como: libertad, responsabilidad, uso de redes sociales inadecuada,
falta de atención en el hogar, permisos a festividades etc. Fue una experiencia
única e inolvidable, porque pudimos expresar de manera libre nuestros
pensamientos y sentimientos.
Al finalizar compartimos la “SANTA EUCARISTIA” de
reconciliación y agradecimiento a Dios por perdonarnos nuestras faltas y por
guiarnos en esta experiencia que seguramente en un futuro traerá muchos
frutos y podremos descubrir la vida con
auténtico amor
“MI
CORAZON SIGUE LATIENDO,
PERO DE
UNA MANERA DIFERENTE.
NO ESTOY
HACIENDO NADA,
NO ESTOY
APURANDOME.
SIMPLEMENTE
ESTOY ANTE TI, SEÑOR .
Y QUE
BUENO ES ESTAR DELANTE DE TI.
Y
DETENERME.”
Por: POLET GUIJARRO VILLAMARÍN
TERCERO DE BACHILLERATO”COMERCIO”
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