¡Qué maravilloso ser “Marianita”! He sido bendecida por Dios desde el momento
que ingresé a esta gran familia, mi segundo hogar. Se me abrió otra puerta donde encontré un mundo interesante que me recibió con el gran
cariño que lo vivo día a día.
Tengo la suerte recibir una educación guiada por una
Superiora y un cuerpo docente que me brindan sus sabios conocimientos, cada
hora, cada día, cada año. Con calidad y calidez, me inculcan valores: como el
compañerismo, la solidaridad, la responsabilidad, la puntualidad y muchos más, mismos que los asimilo cada día para
convertirme en una persona correcta y de bien. Así, en el convivir diario
entrego mi amor y mi corazón.
En mi caminar me acompañan la Azucena de Quito y la Rosa del
Guayas, antorchas vivas de fe, trabajo y heroísmo, cuyo secreto de felicidad y
de paz, era el de ser leales consigo mismas, y su mayor tesoro era repartir
amor, alegría, tolerancia, solidaridad y responsabilidad. Por esto, la
espiritualidad Marianita es otro portal sagrado en mí familia, vivir la
experiencia del prodigio de Dios, a través de nuestra Patrona Santa Mariana de
Jesús, y de la Beata Mercedes de Jesús, quienes con su modelo de virtudes,
siguiendo el camino de Jesús, cambiaron sus riquezas materiales por las
espirituales y nos sembraron esa vida ejemplar. Ellas nos infunden a que cada
día seamos mejores, viviendo con humildad, sencillez y sobre todo con fe en Dios, en el amor al
prójimo para así irradiar una vida llena de paz, amor y felicidad.
Con la fe que se encuentra dentro de mí, veo la vida un poco
más bella. Aprendo a querer a Dios sobre todas las personas y cosas, y a
respetar a los demás. En mi pensamiento están las frases que son el carisma de
nuestro plantel como legado de la Madre Mercedes De Jesús Molina: “SER AMOR
MISERICORDIOSO DONDE HAY DOLOR HUMANO; Y
SER FIRME EN SUS PROPÓSITOS, LEAL EN SUS SENTIMIENTOS Y QUE LA VERDAD HABITE EN
LOS LABIOS”.
Todas estas cosas me
han dado la fortaleza para vencer los obstáculos con la ayuda de Dios, su
sabiduría y voluntad para ser capaz de derrotar los miedos que me impidan dar a
mi vida un verdadero sentido, para poder
conseguir lo que me propongo por difícil que esto sea, que sea firme en mis
decisiones, para ir en busca de un futuro mejor.
En mi ser hay una eterna gratitud a mi Santuario, mi
institución que forja mi futuro y a la vez engrandece a mi Riobamba y a mi país.
Vivo el compromiso de llegar a la meta deseada con la ayuda Divina y la de mi
familia que está a mi lado y me acompaña.
MARIANITA HOY
Y SIEMPRE
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