Este jueves 25 de mayo, nuestro plantel se viste de fiesta para celebrar
el nacimiento al cielo de nuestra Patrona, Santa Mariana de Jesús. En solemne
eucaristía que se celebró en los patios del plantel, a las 08h30. Rememoramos
la trascendencia espiritual de nuestra Santa Patrona que inspira el trabajo
diario y a quien encomendamos nuestros esfuerzos.
El día 26 de mayo de 1645, a los 26 años, aquella que era llamada, en
vida, La Azucena de Quito, entregó su alma a Dios. Por aquel entonces se
produjeron terribles terremotos y la Santa ofreció su vida a Dios para que
cesen. Al salir del templo empezó a sentirse enferma y ya no se repitieron
estas catástrofes que cobraron muchas vidas y destruyeron casas.
Una terrible epidemia causaba la muerte de cientos de personas. Santa
Mariana ofreció su vida y sus dolores para que esta se detuviera y desde aquel
día ya no murió más gente de ese mal. Por eso el Congreso de Ecuador, en 1946,
le otorgó el título de “Heroína de la Patria”.
Mariana de Jesús Paredes y Flores fue beatificada por Pío IX en 1850 y canonizada, 100 años después, por Pío XII.
“Su pobreza da testimonio gozoso y creíble de Dios como la verdadera
riqueza del corazón humano, contesta la idolatría del dinero y se hace voz
profética en medio de la sociedad”, dijo San Juan Pablo II sobre Santa Mariana
de Jesús Paredes, invocada como la “Azucena de Quito” y cuya fiesta es el 26 de
mayo.
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