Con gran amor y devoción, en la mañana del martes 8 de
diciembre, acudimos a la Iglesia de la Catedral para participar de la solemne
eucaristía por nuestra Madre del cielo. En este espacio de fe, las estudiantes
de tercero de bachillerato recibieron a los estudiantes de octavos años como sus
ahijados y ahijadas para así consagrarlos a la protección de María Inmaculada.
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